Según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística, la producción de harina de trigo blando en España en el año 2021 se ha situado en 3.375.818 toneladas, por encima de la media de los últimos diez años, pero por debajo del pico alcanzado en 2019. El aumento de producción ha sido progresivo desde el año 1995, pero no lineal. El incremento en la producción representa un uso más eficiente de las instalaciones en activo, pero no necesariamente un incremento del beneficio económico del conjunto del sector. A continuación se representa su evolución gráficamente:
El destino de esta producción de harina es, principalmente, el mercado interior; si bien el sector en su conjunto tiene una capacidad instalada excedente, con lo que también podría abastecer en mayor medida el mercado exterior.
Durante los últimos años se ha producido una contracción de las exportaciones de harina, pasando de representar en torno al 6-7% de la producción total a finales de la década de los noventa y primeros años del 2000 a un 4% de la producción total en 2021. Similares circunstancias afectan al resto de países de la UE que, en los últimos años han visto decrecer sus exportaciones debido a la instalación de nueva capacidad productiva en países en vías de desarrollo, de modo que se sustituyen importaciones de harina por compras de trigo blando.
En todo caso, las exportaciones de harina comenzaron a recuperarse a partir del año 2011, por lo que las ventas al exterior en el año 2021 se han situado en niveles de 110.000 toneladas.
Los datos del INE arrojan también un aumento sostenido del consumo total de harina en España durante los últimos veinte años. Coincidiendo con el inicio de la crisis económica se produjo un ligero retroceso del consumo (años 2008 - 2010), pero el consumo global ha retomado una senda alcista durante los últimos años, hasta situar la producción sectorial en 2021 en 3.375.818 toneladas.
La harina producida por los molineros españoles no sólo se destina a la industria panificadora, a la que se dirige aproximadamente un 70% de la producción, sino que también abastece a otras industrias de segunda transformación como la industria de pastelería, bollería, galletas, alimentos infantiles, pizzas, aperitivos, platos precocinados, etc.
La demanda de estas otras industrias es cada vez mayor, si bien no llega a desbancar de su posición privilegiada a la panificación, principal cliente.
27/11/2024
Sala de Juntas AFHSE